8 de Diciembre:
Comienzo de decoraciones navideñas.
Hacer las decoraciones indicadas para la fecha me producen vagancia extrema. De hecho, tuve varias peleas respecto al tema:
-No decoremos nada.
-¿Cómo no vamos a decorar? ¡Es tradición!
-Empecemos una nueva: la de no decorar.
(Viene la frase)
-Bueno, no ayudes, lo hago sola.
Y es así como mi mamá gana la mega batalla del decorado de la casa.
La culpa me gana y termino ayudando.
Pero debo admitir que una vez terminada digo: ¡pero qué bonito que quedó! Y se me escapa alguna que otra sonrisa cuando veo la imaginación que vuelca otra persona al momento de hacer su propia decoración.
La ciudad se viste de rojo y blanco. Dorado y plateado en otros casos. Algunos directamente hacen un sin fin de colores…
Bueno, para gustos colores.
Sí, reconozco que cambia y alegra la vía pública…
Del 8 pero sobre todo el 22, 23 y 24 de diciembre: disfraces
La gente usa gorros, disfraces, o hace alusiones al mítico Papá Noel. Y siempre me pregunto: ¿Pero por qué? Si en Argentina para estas fechas te estás muriendo de calor. Pero pese al calor los usan. Se ven las gotas de sudor y sin embargo sonríen.
Basta con caminar por la calle para encontrar a un Papá Noel que te pide que dones para «x» causa. A promotoras dando muestras de perfumes vestidas con los típicos trajes navideños. Y otros comerciantes más osados que también tienen algún detalle del señor de barba.
Mamás, tíos, papás, abuelos, comprando arbolitos o adornos (alguno que lo dejó para último momento), sin contar la cantidad de gente que hay con bolsas de regalos en mano.
Los nenes disfrazados o llevando cartitas a los buzones especiales, o haciendo fila para sacarse la foto con el señor que maneja el trineo.
Todo hace alusión a él.
(Y en menor medida al pesebre, pero éste siempre vigente).
Mmm, bueno sí, un poquito contagia el espíritu.
24 a la noche: reuniones
Llega el 24 a la noche y la familia y amigos reunidos. Comida especial del día: mayonesa de atún, Vitel toné, picada y alguna otra cosa que se me escapa.
Sí, adivinaron: ninguna me gusta pero al resto del mundo sí.
Siempre ruego con que haya pollo, algo de carne, o una ensalada normal para que pueda comer simulando yo ser -valga la redundancia- normal (y comer sin arcadas).
Se acercan las doce:
10
Se termina de cenar
9
Se miran todos en complicidad
8
Se abre el champagne, la fresita (o lo que sea para brindar)
7
Se traen las copas
6
Los adultos preguntan a los chicos: ¿Le pusiste la cartita a Papá Noel en el arbolito?
5
Los chicos contestan entusiasmados: ¡¡¡¡¡síiiii!!!!!
4
Un adulto entre la muchedumbre se aleja para disfrazarse.
3
La gente grita:
«2»
«1»
¡Feliz navidad!
Se abrazan
Se besan.
Brindan.
Todo junto.
Se convierte todo en una mezcla de risas, y brindis.
Suenan los primeros fuegos artificiales.
Todos van a ver.
¡Aparece Papá Noel! Y nunca falta el chico que se esconde porque tiene miedo, y el otro que se emociona.
Ni hablar del que se da cuenta que sospechosamente tiene la voz del tío:
«Euuuuu, tenés la misma voz que el Tío Braulio»
Empieza el intercambio de regalos.
«Justo lo que quería»
«Justo lo que necesitaba»
«¡Gracias abu! Plataaaa»
«Gracias por las medias»
«Yo le pedí a Papá Noel el último auto x3000 manejado con el celu, y me trajo una remera, mamaaaaaaa»
Y así podría seguir con mil frases más. Los adolecentes o adultos jóvenes suelen juntarse entre ellos para ir a bailar.
Poco después de las doce llega mi momento más esperado: la típica comida después de la cena (y esa es la mejor): turrones, pan dulce de varios tipos, garrapiñadas, confites, confites con chocolate, con maní, Marroc, mantecol y así podría seguir con las delicias típicas que se pueden comer durante todo el año, pero que siempre están vigentes en navidad (sin contar el helado).
Son las seis de la mañana y cada familia se va a su casa.
Los amigos vuelven de bailar.
El 25 a la mañana, tarde y noche se sigue festejando.
Es una rutina.
Todos sabemos cómo es la navidad, y sabemos que esto se repite una y otra y otra y otra y otra y otra vez.
Pero a pesar de eso, uno la sigue haciendo.
¿Será esa la magia de la Navidad?