Odio la rutina.
Quizás es muy fuerte empezar un texto así, pero es que no hay otra manera de describir mi repudio hacia ella. Cuando siempre se hace lo mismo, termina siendo cansino.
Entiendo y respeto que a mucha gente le guste, pero no es mi caso. (pese a que me guste planificar).
¿Lo malo? Es que hay un punto de conexión.
Tanto a los que les gusta la rutina como a los que nos gusta planificar, esperamos que sea todo perfecto, o que por lo menos no haya imprevistos.
Pero, claramente, si hay algo previsible de la vida, es que es imprevisible, por lo que nada termina sucediendo como uno se lo imagina.
El año 2018 se convirtió en una rutina.
Creo que por eso lo odié tanto, y, como es evidente, nada salió como lo esperaba.
No voy a detallar cuál fue mi rutina porque justamente era esa, escapar de ella: Me levantaba, reaccionaba, escapaba, dormía.
No
No
No
No
Y
No
Pero bueno, hubo momentos agradables.
Palabra clave: cierre.
Cerré muchos ciclos y lo bueno de cerrar ciclos es que nuevos se abren y los espero ansiosa.
Cerré con candado muchas puertas, pero de a poco se fueron abriendo nuevas y estoy esperando a que se abran las del 019.
¿Es muy contradictorio si digo que odio las sorpresas, pero que cuando ellas me encuentran me gustan?
Espero encontrarme con muchas en este año. (Obviamente buenas, porque para malas tuve suficientes en el 018)
Si hay una decisión que me enorgullece, es la de haberme decidido a abrir este WordPress y publicar lo que escribo.
Pensé que no lo iba a leer nadie, pero para mí sorpresa, hay un par de personas que me leen y eso me hace sumamente feliz. Saber que mis palabras le llegan a alguien, me llena completamente.
Gracias.
Debo ser sincera, estuve pensando mucho en qué escribir para año nuevo. Por eso tarde tanto…
Pero acá está. Cómo dice el refrán: tarde, pero seguro.
Ahora que lo pienso: pensar mucho (quizás demasiado) ¿También es parte de la rutina?
Puede que sea una estupidez que recién haya llegado a esta conclusión pero:
«La vida es rutinaria, porque incluso el simple hecho de escapar de ella se convierte en rutina.
Entonces, depende de uno. Ver hasta qué punto se la enmascara para que sea menos rutinaria»
Bueno ya está, ya me hice la filósofa… Qué se le hace, ¿Ya les dije que me gusta delirar?
Todo para decir:
Gracias y que el 2019 los sorprenda con cosas buenas, y que la vida (osea la rutina) venga con agradables sorpresas. Buen año 🥂